Tornándose los días grises en verdes oscuros, desamparando, sin nada entre manos, mente ocupada en preocupaciones en vano, seguido por actos no valorados. La única presencia que se fija en que está pasando, un hogar destrozado, ningún verano como antaño, ningún invierno bien abrigado.
De espaldas todos a lo que está pasando, debilitado sin estarse esforzando, quien quiere seguir intentando cuando se ve solo y olvidado, el tiempo se está acabando, una cuenta atrás irreversible, en la cual pueden verse dos ganchos, esperando a colgar algo.
Tiritando, sin entender, donde habrá quedado la zona de resguardo. La cordura es algo que también se va acabando... Desenmascarando el mundo real, ofreciendo pedazos de inocencia y humildad.
Egoísmo, avaricia, daños, victimismo, menos mal que todo aún no está acabado... menos las oportunidades que se están dando.
Relato desesperanzado, humillado y maltratado, golpeado sin ser avisado, observando, la realidad enmascarada, la cual nadie ha mirado.
Ilusión, sueños, imaginación, momentos perdidos en el río de la vida, sin haber plantado al menos una semilla. Lágrimas inexistentes que quiebran lo que nada ha quebrado, el alma de un pobre ser humano.
Situaciones de duda, odio y nada para repararlo. ¿Mirada al frente o abajo? es lo mismo, vas a acabar mirando lo que no andas buscando, y serás el único con el cual compartir ese daño.
Techo bajo, casi aplastando, dejando sin respiración, robando el momento para que todo pueda ser cementado, una vez más, empezar todo desde abajo.
Desenmascarando el mundo real, él nunca está enmascarado, son las personas quienes tratan de así dejarlo, por eso es hora de empezar a intentarlo, lo que nadie quiere ver y nadie está intentando.
Porque las situaciones empiezan a acumular un gran cansancio, en quien no puede seguir dando otro vistazo, a un mundo imaginario.
