lunes, 25 de diciembre de 2017

Lentamente respirando

Sirviente del caer, asfixiado por el aire, pesado, denso, totalmente ahogante, asfixiarme... tan denso que ni a un par de palmos podré llegar a ver.

Inseparable de mi yo material, físicamente atrapado, con pequeñas dosis que me van ayudando, incapacitado aun así, inservible ya he quedado.

Que fuerte deseo heredado, librarse era una opción, ya se ha descartado, yunque anclado en lo más hondo... espora que se esparce, para acabar consumiéndolo todo cuanto abarque, oh, que desgraciado, si con tan solo saberlo... no, no lo pudiera haber evitado...

Así con el paso de los años, siendo juzgado, torturado y tachado de vago, toda mi voluntad se ha agotado... he quedado amarrado, a merced del viento desencadenado, lluvia, humedad, frío, en su día ignorados y alabados, la condena que uno lleva, de no poder disfrutarlos.

El color azul, ha sido completamente tapado, incrustado ha quedado, en un órgano lacerado...

Un sabio que concede tiempo, tiempo de vida, a medida que se va respirando, inspirando y expirando, aun así en el se quedan sonando trozos, carcajeando, a medida que van congestionando.

Deslizando, con sumo cuidado, el final de un pobre amargado, frustrado, tan pronto deteriorado... estorbo, así es denominado, y en cada leve soplo sigue dando su aliento exhalado, el cual ha quedado condenado, a terminar apagado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario