jueves, 31 de agosto de 2023

Dejé de escribir

 Un malestar siguió rondando mi corazón, jamás cesó en ningún momento, la vida ha ido cambiando y yo junto a ella cambié. Aunque siga siendo el mismo que hace unos años, que hace varios, una década o dos, me siguen llenando las mismas canciones y también otras nuevas. Busco un equilibrio en todo, sin esconder mi propio ser, añorando canciones que tocaba, pero aprovechando conversaciones que van ocasionando que mi vida siga un camino distinto al que tuvo, jamás dejé de sincerarme pero tampoco nadie vino preguntando usando palabras adecuadas para que nazcan las palabras que esconden un alma.


Viví encerrado, deseando poder ser liberado, ahogado, sofocado por el cambio en los eternos veranos que una vez pasados, volvieron a los efímeros otoños, inviernos, primaveras y de nuevo verano... he tenido tanto tiempo que me he agobiado y me he agobiado al no tener ni un mísero segundo para lo que he necesitado, ningún estímulo, ni una pizca de energía o de inspiración.


Pero también he navegado por un mar encantado, sus aguas están compuestas de sueños, su cielo es un lienzo recién pintado, los sonidos que provocan sus olas son para mis oídos una cura de caricias para mi corazón enredado en pensamientos y sentimientos envenenados. He leído un libro en blanco el cual me ha encantado, en el que he plasmado mis propios sueños y esperanzas, he creado historias que no he contado, pero dejé de escribir. Dejé de escribir lo que nacía en mi interior al mundo para escribir cartas embotelladas y dárselas al mar que me había estado cuidando, aún con tempestades, los besos de su brisa es algo que me llena.


He reído más de lo que quería y he llorado lo que he necesitado, he sentido orgullo, he sentido ganas de cantar, he vivido en cuadros a diario, en huesos más antiguos que la humanidad, he sentido el bosque vibrar, tantas cosas que he vivido. He sentido, aunque un día hace tiempo sentí cómo es cuando todo se apaga...


Dejé de escribir, para hablar, dejé de escribir, porque empecé a amar, dejé de escribir para hacerlo a quien quería y lo necesitaba y hoy he vuelto a escribir, para mi amado mar, para mí. Así es cómo dejé de escribir.


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