martes, 3 de noviembre de 2015

Corazón bombeante

Cicatriza heridas sangrantes, mi pobre corazón bombeante, no te rindas por más que digan, triunfa y cura tu dolorosa herida.

Y nada sentía, pero frío tenía... y sonreía, pero lloraba... y gritar intentaba, pero en susurro se quedaba, y lentamente esperaba.

Sus alas no volaban, mientras el se arrastraba y su mirada en el pasado se quedaba, desvaneciéndose su aliento en el viento.

Firmemente confiaba, y golpes intercambiaba, intentando resolver dudas que en el olvido se marchitaban, como las flores que le rodeaban.

Si lees esto no hay duda, mi corazón bombeante hoy no me escuda, toca esperar observando día tras día la luna.

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