Ya perdí mi guía, se fue con mi alegría, con una fuerza y energía inmensa, que ni la mas poderosa tormenta lleva.
Fue duro, y duró mucho... pero la calma llega, y una bruma densa se esparce como la niebla que mi juicio ciega.
El miedo a la muerte es mas frecuente y el dolor se hace presente, en los días que solo funciona mi mente.
Átala, no dejes que escape, pues con ella se irá el ave de la vida, y señalará a la parca maldita, de la que nadie sabe nada y asimilan .
Y aunque no deba rimar, siempre estará bien plasmar, en poesía lo que significa para uno la vida, tanto penas como alegrías.
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